No me queda otra cosa que agradecer esta vida.






Puedo sufrir y llorar todo lo que quiera, y la vida misma me lo permite.

Puedo gozar y sonreír, y es la vida misma quien se encarga de regalarme felicidad.


Nunca le he dicho a un Padre que lo amo, nunca la vida me negado dicho sentimiento pero he sido yo quien a negado todo el tiempo. Negar es un acto rebelde y egoísta, y es cuando actuando de esta manera pienso en lo malo que continúo siendo, diciendo... vida no te quiero, pero gracias por la compañía, por la conciencia, por los milagros, por la serenidad.


La vida mía no se describe, más cuando aún no existe vida completa. No soy yo el problema, el conflicto surge cuando me echo la culpa de todo. Existen líneas inconclusas, sin embargo; vida hay por doquier. No soy yo, son ustedes toda mi vida y se encargan a menudo de hacerme saber que vida no es otra cosa que aceptar las culpas y seguir creciendo. Ver un bosque frondoso demora años y en su interior habitan misterios escondidos, troncos inestables y sitios de hermosa fertilidad. Demora tiempo conocerte y cada cierto paso que doy me voy haciendo participe del bosque que somos juntos. Errores hay por doquier y sólo queda aceptarlos, manteniendo la marcha, apaciguando los temores y traumas -creciendo a cada paso- sembrando sorpresas... esas pues, esas que solamente la vida te da.


Desde lejos cada persona es idéntica a la otra, no te cuento lo terrible que es llegar a conocerlas a todas pero agradece cada historia, cada sufrimiento que enseña, cada triunfo que sobrevalora el esfuerzo, cada engaño que se hace por otorgarle un bien a otro, cada verdad que se te entrega con confianza. Puedes sufrir en un instante y agradecer, mientras tanto, puedes sufrir negando, omitiendo, mintiendo, demostrando falsedad. Haz el esfuerzo de agradecer malos olores porque el viento se los llevará, en tu mente quedará la fetidez, pero agradecele al viento. El viento es compañía que se cuela y te apoya, amistad es una mano que te tiende la vida. Las verdades, mil gracias a ellas.




Los quiero Familia.







No es amenaza




Hace un año puse mis dedos en este mismo teclado y finalmente me leíste, ¿me entendiste?. Puse aquí mismo mis últimas esperanzas en creer que la comunicación y la compasión existen, y luego de eso ¿qué?. Trasladé un sueño, una idea y una experiencia a este blog ¿los aprehendiste?


Plasmé lo que ví con motivación. No he visto tú rostro al tratar de entender las cosas que digo, me imagino que en algún momento habrás pensado que soy muy sensible o muy gay. Sin embargo, sin que te hayas dado cuenta, te he visto en la calle. Cada susceptible réplica que me lanzas la ocupo para fabricar-te en mi mente.


No te quiero corretear pero si sigues leyéndome con tantas ansías terminaré por desilusionarte. Si es que logré ahuyentar al impresionado lector, le digo con toda franqueza que, no puedo vivir sin corretear a la gente.




Te quiero y provócame que seguiré escribiendo.